El clima ya urge cambios al sector del vino, que reclama agilidad normativa para adaptarse

cava

Rubén Figueroa (EFEAGRO). Los calurosos escenarios de clima futuro urgen al sector vitivinícola a tomar medidas enológicas y en la forma de trabajar los viñedos para que éstos sigan siendo viables, así como a adoptar cambios normativos que amparen estas modificaciones, algo para lo que el sector ha reclamado agilidad.

Denominación de Origen (DO) Cava

Algunas de las urgencias que impone el cambio climático han quedado patentes en los últimos meses, por ejemplo con la aprobación de una modificación en la Denominación de Origen (DO) Cava para que pueda contar esta campaña con uvas de viñedos no inscritos y poder contrarrestar la caída de la producción por la sequía.

También con la solicitud que ha hecho el sector productor de vino chacolí a Bruselas para poder usar otras variedades de uvas diferentes a las propias de esta elaboración, la ondarrabi zuri y ondarrabi beltza, para adaptarse al cambio climático y su efecto en el grado de alcohol, en la acidez y en la estabilidad de los vinos.

Estas modificaciones son una muestra de los efectos del cambio climático sobre el viñedo español, como lo es también el inicio adelantado de la vendimia -cada vez más habitual- debido a que las altas temperaturas llegan antes de tiempo y aceleran la maduración de la uva.

Y son sólo algunos de los cambios que se verán obligados a adoptar los productores para poder mantener los niveles de calidad, según el análisis sobre el impacto del cambio climático en el viñedo español que ha realizado la responsable del departamento de Meteorología y Cambio Climático de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), Emma Gaitán.

Si los cambios climáticos son muy acusados, es posible que muchas regiones deban plantearse cambios en las fechas de laboreo, regadío sombreado, ubicación de la finca o de variedad de uva, destaca esta investigación.

Un trabajo que sitúa a gran parte del territorio español en los límites térmicos óptimos para el cultivo de la vid para la segunda mitad de este siglo.

Si el sector quiere sobrevivir, debe adaptarse

«Las características climáticas definen la idoneidad de una región para cultivar uvas que den vinos de calidad (…) Si la industria vitícola quiere sobrevivir, debe adaptarse a los retos del cambio climático, es decir, evaluar si es viable en su estado actual o si es necesario hacer cambios», señala el documento.

Esta investigación sobre los escenarios futuros del clima proyecta que para 2050 la temperatura media anual en España subirá entre 2 ºC y 4 ºC de promedio, mientras que para finales de siglo los aumentos serán de 7 ºC para las temperaturas máximas y de 5 ºC para las mínimas.

Además, el análisis arroja que se intensificarán las olas de calor, especialmente en la costa mediterránea, con episodios de más de 20 días de duración y que, aunque las proyecciones sobre la cantidad de precipitaciones no modifican mucho el escenario, sí tendrán lugar en eventos más concentrados en el tiempo.

«Los cambios observados ponen de manifiesto que existe la posibilidad de que ciertas regiones tradicionales puedan modificarse pasando de ser climáticamente óptimas para el cultivo de la vid a no óptimas y viceversa», afirma el informe en sus conclusiones.

Esto puede favorecer a la zona del norte de la península, pero regiones como el sur y el suroeste peninsular como el Mediterráneo (que ya se encuentran en el límite de idoneidad vitícola) pueden verse afectados de forma negativa, abunda el documento.

Hacer cambios no es sencillo ni ágil

En declaraciones a Efeagro, la autora de la investigación ha señalado que uno de los problemas con los que se encuentra el sector vitivinícola es que en algunos casos, como sucede con las DO, las producciones están asociadas a una determinada variedad de uva y a una forma concreta de trabajar y hacer cambios no es sencillo.

Adaptar los viñedos y las forma de producir vino conlleva también todo un proceso administrativo y regulador que, según ha expresado a Efeagro el director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luis Benítez, debería ser más ágil.

Consejos Reguladores de las DO

«Debería hacernos reflexionar a todo el sector y de manera particular a los que tienen responsabilidades, pueden ser los Consejos Reguladores de las DO, pero también las administraciones, sobre la necesidad de ser más ágiles y más imaginativos en las respuestas que demos a los problemas que van surgiendo», ha señalado Benítez.

El representante de los bodegueros ha subrayado que por agilidad se refiere a «agilidad normativa», a ser rápidos «desde el punto de vista regulatorio», sobre cuestiones ligadas al cambio climático, pero también sobre el propio mercado del vino y su comercialización.

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