Europa adopta nuevas medidas sobre el etiquetado de los fertilizantes

Mantiene al mismo tiempo las etiquetas digitales y físicas

fertilizantes

El Consejo Europeo (CE) ha adoptado este lunes un Reglamento sobre el etiquetado digital de los productos fertilizantes. Se trata del último paso del procedimiento decisorio.

El Reglamento promueve el uso de etiquetas digitales en los productos fertilizantes UE, y mantiene al mismo tiempo las etiquetas físicas para los casos necesarios.

También mejora la legibilidad de las etiquetas y simplifica las obligaciones en materia de etiquetado aplicables a los proveedores.

Un etiquetado adaptado a la era digital

El Reglamento actualiza el Reglamento vigente sobre el etiquetado de los fertilizantes. Promueve el uso del etiquetado digital para reducir los costes, la burocracia y la huella ambiental de los productores.

Las etiquetas digitales tendrán una vida útil de al menos 10 años a partir de la fecha en que el producto se haya comercializado.

El Reglamento también garantiza la disponibilidad de información por medios físicos con el fin de proteger a los consumidores o a las personas vulnerables que posean pocas competencias digitales.

También se propondrá un etiquetado digital para los productos vendidos a granel, siempre que la información necesaria también se muestre en formato físico en un lugar visible en el punto de venta. La Comisión estará facultada para actualizar los requisitos generales de las etiquetas digitales mediante actos delegados.

Siguientes etapas

Tras haber aprobado el Consejo la posición del Parlamento Europeo, el acto legislativo ha quedado adoptado.

Una vez que los presidentes del Parlamento Europeo y del Consejo hayan firmado el Reglamento, este se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor tres días después.

Contexto

Las etiquetas digitales son QR o códigos de barras que redirigen al usuario a una página web en la que se almacena la información de la etiqueta. Las soluciones digitales reducen sustancialmente el coste del etiquetado y, al mismo tiempo, facilitan la actualización de su contenido.

Además, la cantidad y la calidad de la información que puede almacenarse en una etiqueta digital son mucho mayores que en una etiqueta física, cuya legibilidad puede resultar difícil, especialmente en envases pequeños. Sin embargo, el nivel de alfabetización digital varía según los grupos sociales y las edades, y algunos grupos vulnerables pueden tener dificultades para comprender el funcionamiento de las etiquetas digitales o los dispositivos inteligentes.

En la UE, el etiquetado digital ya se utiliza para algunos productos que contienen sustancias químicas, como, por ejemplo, las pilas y baterías, y se están estudiando normas para el etiquetado digital de otros productos (por ejemplo los detergentes, los productos cosméticos y otras sustancias químicas).

Se espera que la simplificación de las obligaciones de etiquetado reduzca los costes anuales en un promedio de 57.000 euros para las grandes empresas y de 4.500 euros para las pymes.

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