El aceite de girasol incrementa su consumo en un 40 por ciento pero sin desbancar al de oliva

aceite de girasol

Belén Delgado. EFEAGRO. El consumo de aceite de girasol se ha incrementado cerca de un 40 % en los hogares españoles en el último año, pero sin desbancar al de oliva, que sigue siendo el «rey de la casa» a pesar de su alto precio.

Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el consumo familiar de aceite de girasol ha aumentado el 38 % en los últimos doce meses hasta marzo, sumando 158,3 millones de litros, frente a la caída del 10,8 % experimentada por el de oliva, con 274 millones.

Cada español toma al año 3,4 litros de aceite de girasol y 5,9 litros de aceite de oliva, de acuerdo con el panel de consumo alimentario, que refleja un descenso del 4,9 % en el gasto en aceite de girasol (271 millones de euros) y una subida del 32,7 % en aceite de oliva (1.874 millones).

Aunque se prevé que los precios del aceite de oliva empiecen a bajar con la nueva cosecha, hacia el último trimestre del año, su cotización ha seguido en niveles altos en los que va de 2024, encareciéndose el 62,8 % anual en mayo, en comparación con el descenso del 17,8 % de los otros aceites comestibles, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Solo en el primer trimestre de 2024, la consultora Kantar ha estimado que el aceite de oliva ha subido de precio el 60,3 % respecto al mismo periodo de 2023, mientras que el de girasol ha bajado el 26,6 %.

Aceite de girasol más barato

El director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Primitivo Fernández, subraya a Efeagro que el de oliva «sigue siendo el rey» de los aceites en los hogares españoles.

Para Fernández, «las mayores o menores compras de girasol se deben siempre a sus diferencias con el de oliva».

Mientras que este último se ha mantenido en precios altos, el girasol «tiene un precio muy atractivo», sobre todo para los hogares que siguen afrontando dificultades económicas y que, si antes consumían aceite de los dos tipos, ahora parte de ellos se ha pasado en exclusiva al de girasol por ser más barato.

El consumo de aceite de oliva continúa siendo mayoritario entre las familias, asegura el responsable de la patronal, donde han decidido comenzar a publicar datos trimestrales y anuales de las ventas en lugar de mensuales para evitar posibles distorsiones.

Las empresas de Anierac representan un 70 % de la comercialización del aceite de oliva, que incluye todo lo que se envasa tanto para dentro del hogar como fuera de él, que difiere de lo que se consume finalmente.

Según la asociación, en los seis primeros meses de campaña oleícola (entre octubre de 2023 y marzo de 2024) se colocaron en el mercado 193,5 millones de litros de aceites de semillas (158,5 millones eran de girasol), frente a los 110,5 millones de litros de aceite de oliva, si bien a estas cifras habría que sumar lo que venden las demás empresas del mercado para tener el cómputo total.

Perspectivas de mercado

Desde la Asociación Española del Girasol (AEG), su presidente, Juan Fernández, afirma que el aumento del consumo de aceite de girasol está creciendo, «no solo por una cuestión de precios en comparación con el de oliva», y lo vincula a la recuperación de la hostelería, que lo utiliza mucho.

«Son dos tipos de aceites diferentes que tienen mercados distintos y no compiten entre sí», apunta Fernández, que llama a esperar a tener datos más actualizados en el girasol y quita importancia al efecto que pueda tener la supresión del IVA en el precio total del aceite de oliva entre julio y septiembre.

El responsable de la AEG considera que «el suministro de aceite de girasol está garantizado», teniendo en cuenta que la producción nacional no cubre ni la mitad de la demanda en España y hace falta recurrir a las importaciones.

Los cálculos del Consejo Internacional de Cereales para 2024-2025 arrojan una producción mundial de semillas de girasol de 57,1 millones de toneladas, por debajo del récord de la temporada anterior.

Aunque este año se estima que en España se ha sembrado hasta un 9 % menos de superficie, los rendimientos serán mejores y su precio seguirá dependiendo del mercado internacional, a diferencia del de oliva, marcado por la cosecha de España, el primer productor mundial.

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